De acuerdo con nuestros lectores, esta es una de las fallas más comunes que se puede cometer durante la juventud y que puede traer catastróficas consecuencias financieras a futuro.

Es muy común pensar que cuando se tiene esa independencia que sólo da la etapa de la universidad y los primeros ingresos empiezan a parecer suficientes para disfrutar de la vida, lo único que se tiene que hacer es gastar el dinero en aquello que lo hace a uno feliz.

Y no está del todo descabellada esa percepción, varios estudios son los que señalan que el dinero invertido en experiencias realmente puede traer felicidad y que es en lo que debería aprovecharse realmente desde cualquier etapa de la vida. El problema está cuando la experiencia es querer asumir un “estrato más alto” que el de los papás.

Ya sea por la universidad, por el grupo de amigos o por influencia de la oficina toda persona recuerda algún momento en su vida en el que gastó dinero cuando no podía simplemente por capricho, por querer darse el lujo o por “no quedarse atrás”. Más que por aparentar, realmente, porque gastar dinero por aparentar puede implicar llevar una vida que no sea sostenible.

Así, esos pequeños ataques quizá cada viernes o un día a la semana en restaurantes costosos o los fines de semana de viaje con el grupo, pueden pensarse sencillos de llevar, pero las consecuencias de ello pueden ser desastrosas.

FP le recomienda “Lo que usted debe saber para no quebrarse siendo joven”.

En Facebook hicimos una encuesta a nuestros lectores de cuál es el peor error financiero que habían cometido y encontramos que situaciones como la de Jimmy Duque Valencia, suelen ser bastante communes:

“Yo creo vivir como rico, siendo pobre. Comprar ropa de marca, comer en buenos lugares y (pedir) prestado dinero para tener esos lujos. Fuera de eso, comprarse un carro financiado a cuotas durante 20 años para chicanear con los amigos y la novia. Viajar a crédito. Aparentar con los amigos y tomar cerveza en ‘zonas rosas’, solo por chicanear”

Similares recibimos más respuestas, que apoyaban que comprar carro financiado a largo tiempo o un celular Smartphone y hasta pedir préstamos por unas vacaciones, no habían sido decisiones adecuadas. Lo curioso del caso es que esto sólo puede entenderse hasta que se vive.

Marco Gonzalez Blanco también escribió en nuestra publicación: “Comprar a crédito sin sacar cuentas anticipadamente, aun pagando las deudas, perdí pero aprendí, estoy saliendo de ellas y al tiempo estoy progresando”.

Quizá ahorita aquellos que estén leyendo esto dirán “a mí eso no me va a pasar”, pero sólo basta un par de oportunidades y tener el deseo de querer vivir el momento, para que le suceda. Bueno, o puede que no, si sigue leyendo.

La mentalidad ‘YOLO’

Aunque YOLO es un término en inglés que traduce “you only live once” (“usted solo vive una vez”), pareciera que se ha convertido en el análisis de un fenómeno que sucede en la juventud. Se denomina la ‘mentalidad YOLO’, que simplemente es aquello que se aplica simplemente cuando alguien se da cuenta que el momento es lo que realmente puede valer la pena y no hay un futuro necesario para considerar.

Feex señala un análisis de cómo esta percepción de la vida se puede disfrutar, es emocionante aplicarla, pero que el verdadero efecto que tiene sólo se termina notando años más adelante. ¿Y es que a quién no le gusta decir en ese exacto momento en que los amigos invitan a una cerveza, “bueno, está bien, pero sólo una”? La gran mayoría se podrá sentir identificado con esto.

Pero es que aunque se vea que solamente es el costo de una cerveza, hay que tener en cuenta los cobros adicionales de ello: la comida, porque “con una sola cerveza me da gastritis”; el taxi, porque no saldrá a tiempo para coger transporte público y quizá las otras cervezas que pueda tomar o que su amigo le pida prestado porque “no alcanzó a sacar plata”.

Si usted realmente calculara los costos de todas aquellas decisiones inocentes que pueden implicarle la mentalidad ‘YOLO’ (aplicada también para ese juego de Xbox o el par de zapatos que no se quiso negar la quincena pasada), se dará cuenta que hay más costos ocultos.

Lea también “Las formas en las que un millennial puede ahorrar y no se ha dado cuenta”.

Las consecuencias

De acuerdo con Chelsea Krost, experta en temas de Millennials, señala que detrás de esas pequeñas veces que usted se autojustifica con el “sólo se vive una vez” está generando en usted mismo una conciencia de:

  • La gratificación por encima del ahorro: Gastar es más divertido que ahorrar. Nadie lo niega. El pensamiento es que “he trabajado muy duro por mi sueldo y me lo merezco”, pareciera siempre una elección correcta de forma de vida; pero cuando usted empiece a sentirse ‘corto’ para sus gastos básicos como el transporte o la alimentación, se dará cuenta que es hora de aprender a asignar prioridades.
  • La diversión está primero, el trabajo, después: efectivamente, el trabajo estará después y serán varias las horas que tendrá que dedicar con el fin de poder pagar la tarjeta de crédito o salir de la deuda por el préstamo que tomó y que ahora le está demandando un gran porcentaje de su salario. Una cosa es trabajar para obtener beneficios, otra es hacerlo por pagar deudas.
  • La deuda se verá a futuro: cuando usted tiene una mentalidad de este tipo los créditos terminan convirtiéndose en una especie de bola de nieve que ni usted sabrá con qué deuda comenzó ni cómo va a terminar pagando. Esto porque todo lo de lujo, de marca y exótico no podrá volver a disfrutarlo en el futuro y cuando éste sea su presente, se dará cuenta que, efectivamente, sólo vivió una vez.

¿La solución?

Es básica y sencilla, resumida en una sola palabra: planee. No tiene nada de malo que quiera vivir y disfrutar, pero hágalo todo a través del ahorro. Incluso, dentro de su presupuesto mensual establezca un pequeño parámetro que sea “ocio” y en el que incluya salidas, rumba y viajes: haga que sea fijo y procure no pasarse de ese monto de dinero que se ha permitido gastarse.

Y si se da cuenta que no le alcanza mucho, ahorre: procure hacer pequeños fondos para darse cuenta cómo una sola noche puede resultar tan fácil gastarse todo su salario, mientras que le cuesta 27 días trabajar por él.

Ya la experiencia al han vivido muchos y dicen por ahí que es más sabio aquel que aprende de lo que vivieron los demás, que cuando lo vive en ‘carne propia’.

FUENTE: FINANZAS PERSONALES

(WWW.FINANZASPERSONALES.COM)

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