La palabra “derroche” puede sonar algo extraña para muchos y, por lo general, suele ser asimilada con un concepto negativo que cualquiera, con familiares que lo hayan aconsejado financieramente o con algunos conceptos sobre dinero, sabe que no es conveniente para su bolsillo.

A lo largo de la vida las lecciones de dinero pueden provenir desde la familia, el colegio o la misma vida. Pero desde muy pequeños escuchamos el concepto “derrochar”, especialmente cuando se habla de alguien que no tiene mucho dinero y que compra cosas que no le son muy útiles. O que tiene unas necesidades financieras, pero que prefiere hacer otras compras que le generen satisfacción.

De acuerdo con la RAE, esta palabra proviene del francés ‘dérocher’, que aunque traduce literalmente una expresión: “quitar las rocas”, en español es traducido como aquella persona que malgasta su dinero; aunque también suele estar relacionado con compras lujosas y suntuosas que no podrían conseguirse en precios más económicos. Efectivamente, este término se contradiría con todos los artículos sobre ahorrar y gasto inteligente que hemos expuesto en Finanzas Personales.

Pero la cuestión, como todo, es que hay que saber cómo hacerlo de forma adecuada. Hay personas que saben que pueden darse “gusticos” de vez en cuando, sin que eso les implique comprometer su siguiente quincena para el pago de la tarjeta de crédito. El experto financiero Len Penzo explica por qué el derrochar también hace parte esencial de una vida financiera sana, ya sea a punta de prueba y error o sencillamente porque se busca la forma de ser feliz a partir de experiencias.

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Algo similar comenta un artículo de LearnVest, ya que derrochar puede ser una práctica sana que promueve una mayor relación con el dinero y que puede llegar a hacer la vida más agradable. Incluso, esta práctica surge porque el ser humano, suele acostumbrarse rápidamente a lo que ya tiene y siempre quiere mejorar sus condiciones de vida, así sea en pequeñas cosas.

La estrategia de derrochar de forma correcta está en planear. Este es todo el secreto. Con ello, no habrá que lamentarse al día siguiente por las compras impulsivas que hizo y tampoco socavará por completo “el marranito” buscando la forma en que llegue rápido la próxima quincena.

Pero a la par de planear, también se debe considerar de dónde recortar para hacer ese gasto adicional y cada cuánto lo va a hacer; con lo que no le pesará y el sentimiento de recompensación puede ser mucho mayor y gratificante. Pero, al fin de cuentas, ¿cómo hacerlo? The Muse nos ofrece algunas pautas:

1. Algo especial: tiene que ser algo totalmente distinto y fuera de la rutina en lo que pueda decir “realmente valió la pena”, con lo que los precios y el posible remordimiento no podrán ser superiores a su sensación de felicidad. Eso sí, una vez realizada esa compra, es mejor dar un tiempo para volver a hacerla, ya que al hacerla habitual se le resta magia y no será considerada como un “premio” por su trabajo duro.

Incluso, no tiene que tratarse de objetos, necesariamente, ni de algo que sea solo para usted. La regla básica de derrochar dinero es que sea en algo con lo que usted experimente una sensación de gratificación y felicidad.

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2. Proporcional a su presupuesto: sea consciente de sus límites. La ‘gracia’ del derroche es que usted obtenga el dinero disminuyendo otros aspectos en los que suele gastar (como un corte de cabello, almuerzo en restaurantes todos los días o la gasolina del carro), mas no que quede endeudado los próximos meses por algo que sólo disfrutó un día o un par de días.

Con esta regla, considere cuál podría ser ese porcentaje de su salario que destinaría para esto, dependiendo de sus capacidades y si cuenta con otras fuentes de ingreso. Piense qué podría valer la pena –incluso sólo si necesita completar una parte con tarjeta de crédito- pero siempre basándose en que todo vendrá de su presupuesto, no de sus ahorros y, mucho menos, de su fondo de emergencia.

3. Las experiencias: este es el mejor campo en el que puede derrochar dinero. En FP, ya hemos hablado de cómo el dinero puede comprar la felicidad, teniendo en cuenta que vale mucho más la pena invertirlo en aquello que genere recuerdos con personas especiales, en vez de bienes que algún día tendrá que botar. Esto hará que su derroche termine siempre con una sonrisa y con la expresión “realmente lo valió”, más que con un “espero me dure el próximo mes” o “tengo que pedir garantía por esto”.

4. Las renovaciones o modernizaciones también cuentan: aunque puede que no quepa mucho dentro de la definición de “derroche”, The Muse destaca cómo las innovaciones o actualizaciones de las cosas que tenga una persona, también pueden entrar en este campo. A veces puede que sea simplemente por capricho, pero también, porque mejoran las condiciones de vida.

5. Sobre las emociones: lo importante, es no darles el control. La mayoría de personas pueden pasar por momentos en los que ven un deseo como una necesidad y sienten que realmente deben tenerlo, especialmente cuando se pasa por una situación particular de estrés, tristeza o extrema alegría. Casi que aplica las mismas reglas de las compras compulsivas, así que analice las situaciones previas y su corazón, antes de tomar una decisión.

6. El entusiasmo: The Muse señala que “los mejores derroches son aquellos en los cuales el camino para lograrlos es tan agradable como el mismo gasto”, por ejemplo, que si tiene que trabajar horas extras para irse de viaje el próximo fin de semana, no signifique una tortura. Incluso, si planea su derroche a meses, prémiese gradualmente a medida que va logrando sus metas.

Fuente: www.finanzaspersonales.com