A veces puede costar negarse a comprar algo o reconocer si realmente es momento de coger sus ‘ahorritos’ e invertirlos en el negocio del que le llevan hablando un tiempo. ¿Cómo ser más inteligente, al respecto?
Manejar el dinero no es algo sencillo ni fácil, especialmente cuando usted ha tenido malas experiencias o cuando ha visto casos dramáticos o trágicos que sean cercanos a usted, relacionados con deudas o malas inversiones. El camino no es fácil, pero tampoco es imposible.
Pero también es cierto que mucho de esto está relacionado con la actitud y la mentalidad que usted tenga, así como la educación financiera y su interés por ser mejor con el dinero. Y es que, detrás de todo esto, hay un elemento que muchas personas no reconocen pero que siempre terminan permeando o influyendo en la toma de decisiones.
La razón es básica: las emociones. Según un estudio de Psychology Today, éstas permiten evaluar y resumir una experiencia e informar sobre las posibles consecuencias de sus actos. Muchas de ellas estarán alineadas según su ética, percepción de vida y proyectos, así como su historia de vida, lo que le permitirá tener una respuesta casi que inmediata, cuando tenga que considerar tomar una decisión.
Por eso, es importante que usted empiece a “autoentrenarse” con el fin de que pueda llegar a liberarse del peso que pueden llegar a tener las emociones, especialmente cuando tiene que tomar alguna decisión financiera que le implique gastar, ahorrar o invertir dinero y que, sus consecuencias, pueden afectar notablemente su presupuesto.
¿Cómo hacerlo? Aquí FP le deja algunas claves de los expertos para que, a la próxima, sea su cabeza y no su corazón el que tome las decisiones de dinero:
- Algo tangible: que usted pueda ver, sentir y palpar. Hablamos de que es importante hacer un compromiso con usted mismo, que pueda escribir en un papel o ver a diario, a modo de recordatorio. Psicológicamente, usted se sentirá más comprometido, porque al ver que está incumpliendo ese compromiso, sentirá un mayor remordimiento, según el experto Nick Kolenda, en Transamerica.
Ponga sus metas visibles en un sitio en el que, incluso, accidentalmente su mirada pueda llegar a dar. Escriba o dibuje lo que quiere: ahorrar para un viaje, salir de la deuda de la tarjeta o empezar a invertir para comprar una casa. Ver esto a diario, creará una especie de ‘mensaje subliminal’ que coartará sus emociones, al momento de tomar decisiones.
- Todo lo que sea relacionado con tomar decisiones financieras, es mejor que lo haga desde la mañana. Según US News, el estar cansado, luego de una jornada de trabajo o con mucha tensión por alguna situación particular, hace que tenga un desgaste mental, lo que lo hará más susceptible a tomar malas decisions.
En tanto, si está dispuesto, con energía y actitud al empezar el día para hacer pagos o inversiones, será más fácil analizar los pros y los contras de hacerlo o no hacerlo; permitiendo que usted sea mucho más inteligente y no lleve su bolsillo directo al vacío.
- Aguante: Sobre todo, para lo que se trate de grandes decisiones de dinero. El reto será el siguiente: tendrá siete días para considerar si una respuesta positiva o negativa a su decisión, le resulte o no conveniente y día tras día buscará nuevos pros y nuevos contras que le ayuden a analizar mejor la situación, especialmente establecimiento un panorama de posibles consecuencias, luego de tomar la decisión.
Esto implicará también que se visualice en ambos casos. Por ejemplo, si quiere comprar un carro y puede tener un dinero ahorrado pero no sabe si es lo más conveniente, considere montándose en uno y viajando pero también hágalo imaginándose en medio de un trancón. Otra forma es pensar ese dinero en qué otras cosas puede llegar a invertirlo y si quizá le pueden generar más felicidad o satisfacción.
Fuente: www.finanzaspersonales.com
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