Muchas personas tienen varios mitos acerca del uso de la tarjeta de crédito: sobre las cuotas, los lugares donde se debe usar y los pagos. Pero, ¿cuál es la forma para sacarle provecho al dinero prestado de los bancos y salir ganando?

Las tarjetas de crédito hoy en día son una parte muy importante del negocio de las entidades financieras y una de las formas preferidas por las personas para hacer sus compras o contar con el dinero cuando no cuentan con el efectivo correspondiente.

El especialista, Alfonso Arango, director finaciero de Uniempresarial, explica que es un negocio que tiene dos perspectivas: una, la de los bancos, quienes obtienen un mayor rentabilidad, pero, por ello, también hay un mayor riesgo; mientras que por el lado de las personas, implica administrar muy bien esa disponibilidad de recursos, con una tasa a la cual se está dispuesto a pagar.

De acuerdo con el informe más reciente sobre tarjetas de la Superfinanciera, a julio de 2015, en Colombia hay más de 13 millones de tarjetas de crédito vigentes; poco más de 190 mil fueron canceladas y 1’611.901 estaban bloqueadas temporalmente. El banco que tenía la mayor cantidad de plásticos es Colpatria, con más de 2’200.000, seguido por Tuya y Bancolombia.

En sí, “el negocio de los bancos es darles un crédito a las personas con una muy baja garantía, con un alto riesgo, pero en contraprestación cobran la tasa más cara del mercado, que es la tasa de usura que generalmente está entre el 25% y 30%. Para un banco es muy beneficioso que las personas usen la tarjeta porque generan muy buenas utilidades con las compras”, comenta el experto Fabio Moscoso, director del grupo de investigaciones de “Entorno Económico” de la Universidad EAN.

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Precisamente, una de las características más importantes de este tipo de crédito es la alta tasa de interés que maneja, porque los bancos le prestan y, a pesar de que le hacen un estudio para verificar si usted realmente puede pagar, sucede muchas veces que las personas “se hacen las locas” con sus deudas y nunca pagan. Esto significa que los bancos también deben contar con ese riesgo y “se protegen” o aseguran el negocio, ofreciendo altas tasas.

En un ejemplo, usted compra un celular por $1’000.000, la tasa de interés de su tarjeta es de 28% efectivo anual, esto, mensual, se traduce en un aproximado de 2,08%. Al final, si usted difiere esa compra en 12 cuotas, nunca va a pagar el dinero que le prestaron, al final, terminará pagando $1’140.300 aproximadamente.

Con esto, el tema no es tenerle miedo a las tarjetas. El experto de Uniempresarial señala que uno de los mitos de las tarjetas de crédito es que “buscan endeudarlo”, pero esto depende de quien la acepta y el uso que le da a la misma.

Los consejos

En realidad, cada persona determina el propio uso de su tarjeta, pero si usted es de quienes quiere sacar ventaja, Arango recomienda:

• Tener una tarjeta sin cuota de manejo
• Usarla para los casos en los que realmente se necesite: sólo si es una compra necesaria y urgente y no se cuenta con el efectivo.
• No es para compras o inversiones a largo plazo.

En tanto, el experto de la EAN recuerda que “cada compra tiene una tasa de interés  diferente, que es con relación al día de la compra. Entonces es posible que tenga varias compras, en diferentes días, con diferentes tasas de interés y eso afecta su flujo de caja”.

Incluso, sobre las tarjetas marca propia, Moscoso explica que “son más caras que las de un banco, porque por lo general cobran cuota de manejo mensual más la tasa de usura del mercado y le venden a uno la idea de unos famosos descuentos a través de puntos, pero eso suelen ser bajos y no favorecen mucho”.

Fuente: www.finanzaspersonales.com