Si es de quienes les da pena o no se siente con la suficiente confianza para pedir un descuento o “la ñapa”, aprenda cómo superar eso y lograr ahorrar dinero regateando.

Una costumbre latinoamericana (aunque muy puertoriqueña) es el hecho de que ante una compra o la adquisición de cualquier producto o servicio, se hace una negociación o regateo en el que se le pide al vendedor un descuento o una promoción a cambio de la compra que se le va a hacer.

Incluso, es algo que se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad y que empezó con el simple acto de intercambio comercial, cuando no había un precio establecido por las cosas: ¿Cómo saber cuántas gallinas podía costar una vaca? Esto generaba que las personas que hacían trueque tuvieran que desarrollar habilidades para sacar provecho de estos tratos comerciales y no dejarse engañar.

El tema con la técnica de regatear es que no muchas personas se sienten cómodas haciéndolo, ya sea por timidez o porque sienten que no pueden “ganar” la negociación con el comerciante y prefieren pagar el precio exacto que le dijeron. Pero en algunos países como Marruecos o India, por ejemplo, si usted no pide descuento, puede considerarse una ofenda al vendedor.

Además, cuando no pone en práctica el regateo, usted está perdiendo dinero que le puede ser útil ya sea para el transporte o para otros objetos que desee comprar. Así, tome papel y lápiz (o en su defecto escriba en su celular) las siguientes frases que puede usar con el fin de sacar el mejor precio posible, ya sea que esté en Colombia, México, Chile o en cualquier lugar del mundo donde esta táctica sea útil:

• Verifique en varios lugares el precio

No compre en el primer lugar que visita. Según Forbes, el regatear es casi que una ciencia e implica también de investigación y de recolección de información, lo que se traduce en que usted tiene que verificar en distintos sitios el precio de aquello que quiere comprar. Al menos, busque tres lugares, luego de eso usted ya tendrá la seguridad de que “no podrán darle por la cabeza” y se mostrará con más confianza ante la negociación con el vendedor.

• Rompa el hielo

Quizá puede ser el paso más complicado y difícil de dar, porque si no es una persona “entradora” o muy sociable, deberá vencer su timidez para empezar el proceso de regatear. ¿Cómo hacerlo? No hay una técnica específica que le ayude, pero simplemente puede empezar entrando al lugar y mirando los objetos, preguntando sobre otros colores y finalmente fijando su atención en lo que quiere comprar.

Si es muy tímido, puede ser conveniente ir acompañado. Luego de centrarse en lo que quiere comprar lo único que debe hacer es preguntar por el precio y, seguido, decir la frase mágica –a lo ‘colombiano’-: “y si se lo llevo ya, ¿en cuánto me lo deja?” o también “¿y para comprarlo, en cuánto queda?”.

Otras frases útiles pueden ser más directas: “está muy caro, le puedo dar en cambio…” o “¿y no me hace un descuento?”.

• Haga la primera oferta

Si ya ha cumplido los pasos anteriores, no tiene por qué convertirse en un arma contra usted. En las negociaciones, la información es poder, así que si usted usa la frase “le doy $10.000 por esto” (por ejemplo), usted mostrará seguridad en lo que está diciendo y según Forbes, “las personas que hacen las primeras ofertas tienden a obtener condiciones que se acercan más a su precio objetivo. La razón es el principio psicológico de anclaje. Cualquiera que sea el primer número que se lanzó sobre la mesa, ambas partes comienzan a trabajar a su alrededor”.

Quizás usted ha escuchado el adagio “usted obtiene lo que paga”, ya que quizás si espera a que el vendedor sea quien establezca las condiciones, se moverá entorno a ellas y, por lo tanto, tendrá puntos de pérdida.

• ¿De cuánto debe ser?

Esta pregunta es muy relativa y depende del tamaño, de la disponibilidad y del uso del producto. Mientras va por una calle y encuentra un “mercado de las pulgas” puede solicitar descuentos que van entre $1.000 y $5.000, pero cuando se trata de compras grandes, es muy relativo establecer de cuánto debe ser. Incluso, el mismo vendedor puede darle algunas pistas cuando le diga “es que a ese precio es que yo lo compro” que, aunque puede ser o no verdad, le da un límite para su negociación.

• No se apresure

Una publicación de Harvad señala que cuando usted hace una oferta, debe esperar una contraoferta de parte del vendedor, antes de reducir sus demandas. Esto lo que quiere decir es que una vez usted diga un precio, no se mueva de ahí, esperando que el vendedor sea quien empiece a ceder de a poco. “No haga una oferta contra sí mismo. Su oponente seguirá haciendo demandas, esperando a que usted llegue a su punto de ruptura, así que no caiga en la trampa” señala la publicación.

• Negociantes buenos y malos

Sepa identificarlos. No todos los vendedores tienen la actitud y hay algunos que hasta se pueden llegar a molestar si usted les pide un descuento. ¿Cómo saber? No hay una técnica sencilla porque mientras unas personas pueden decir que “se trata de la energía de la persona” otras señalan que sencillamente se ve en la actitud de la persona: un rostro serio, el no ser cordial al momento de atender a sus clientes o simplemente cuando ni siquiera le dan la cara. No se estrese, son guerras perdidas.

• Mantenga un rostro serio

Si usted es de quienes llega a la tienda y exclama a viva voz que el objeto es perfecto y que es exactamente lo que ha estado buscando, usted mismo se está quitando puntos en la negociación.  Money Crashers sugiere que debe procurar mantener la calma y no mostrar ningún entusiasmo particular en la compra. Incluso, compare otros productos y regrese nuevamente a aquel que está interesado, preguntando nuevamente el precio.

“Como comprador, nunca debe fijarse en un solo producto: siempre dese una vuelta y mantenga sus opciones abiertas”, señala la publicación.

• Añada otros productos

O más cantidades. Alguna de las dos opciones le ayudará a demostrar que tiene interés y tiene el dinero suficiente para hacer la compra y, con ello, puede lograr que le ofrezcan un descuento mucho más conveniente. Un vendedor estaría dispuesto a perder un cliente por un solo producto, pero no por varios.

• Evite mostrarse

Recuerde que usted también será juzgado por su apariencia así que si se trata de ir a hacer compras de regateo, no se vaya con objetos lujosos o que muestren un alto estrato social. Lo mismo sucede con su billetera. Procure no sacarla ni mostrar la cantidad de dinero que tiene porque eso puede restarle grandes ventajas.

• El tiempo, el silencio y el irse

Un buen regateo puede durar entre 10 hasta 30 minutos. Más allá de eso, suele ser tiempo perdido. Así que tómese su tiempo, dé un espacio al silencio y no acepte demasiado rápido una oferta: haga como si estuviera pensándolo detenidamente o haciendo cálculos mentales. Pero si se da cuenta que no va a obtener más, no dude en irse.

Fuente: www.finanzaspersonales.com

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